Adictos a Facebook: más tristes y deprimidos
Un estudio realizado por Hui-Tzu Grace Chou y Nicholas Edge, de la Universidad de Utah t recogido por Mike Flacy para Digital Trends, encontró que las personas que pasan más tiempo en Facebook tienen tendencias a ser más tristes o infelices.
La red social cambia la percepción que tenemos de nuestras vidas, de nuestros amigos y de nuestros familiares y en un estudio realizado a estudiantes, se les preguntó cuántos estaban de acuerdo o en desacuerdo con algunas afirmaciones al estilo “la vida es justa” o “muchos de mis amigos tienen una vida mejor que yo”.
Otra de las preguntas básicas fue cuánto tiempo le dedicaban a Facebook, cuántos amigos tenían en la red social y también a cuántas de esas personas conocieron en persona. Los investigadores también tuvieron en cuenta otros factores, aunque no decisivos, como el estado civil, el sexo, las creencias religiosas o la raza.
Estos datos, como mencionamos, no fueron decisivos pues los investigadores comenzaron a ver que surgía un patrón muy interesante y es que cuanto más tiempo pasaban las personas en Facebook, más creían que los demás tenían una mejor vida. En el documento escribieron “los que más utilizan Facebook, están más de acuerdo con la afirmación que los demás tienen mejor vida que ellos, y menos de acuerdo con la afirmación “la vida es justa””.
También comentaron que aquellos que agregaron amigos pero que no los llegaron a conocer en persona, están más de acuerdo con la afirmación que los demás tienen una mejor vida.
El documento, publicado en Cyberpsychology, encontró además que aquellos que pasaban menos tiempo en Facebook y más con sus amigos en la vida real, eran menos propensos a ser infelices.
El problema principal, o lo que no nos percatamos los usuarios de redes sociales, es que en ellas tenemos más probabilidades de encontrar representaciones de los momentos más felices de los demás a través de comentarios o imágenes cuidadosamente seleccionadas, en lugar de compartir cosas que nos hacen mal o cosillas de la vida diaria que nos van minando la moral.
Un estudio similar se realizó el año pasado por la American Academy of Pediatrics, que encontró que muchos niños y adolescentes podrían desarrollar la llamada “Depresión Facebook”, al ser abrumados con actualizaciones de felicidad de los demás.
La red social cambia la percepción que tenemos de nuestras vidas, de nuestros amigos y de nuestros familiares y en un estudio realizado a estudiantes, se les preguntó cuántos estaban de acuerdo o en desacuerdo con algunas afirmaciones al estilo “la vida es justa” o “muchos de mis amigos tienen una vida mejor que yo”.
Otra de las preguntas básicas fue cuánto tiempo le dedicaban a Facebook, cuántos amigos tenían en la red social y también a cuántas de esas personas conocieron en persona. Los investigadores también tuvieron en cuenta otros factores, aunque no decisivos, como el estado civil, el sexo, las creencias religiosas o la raza.
Estos datos, como mencionamos, no fueron decisivos pues los investigadores comenzaron a ver que surgía un patrón muy interesante y es que cuanto más tiempo pasaban las personas en Facebook, más creían que los demás tenían una mejor vida. En el documento escribieron “los que más utilizan Facebook, están más de acuerdo con la afirmación que los demás tienen mejor vida que ellos, y menos de acuerdo con la afirmación “la vida es justa””.
También comentaron que aquellos que agregaron amigos pero que no los llegaron a conocer en persona, están más de acuerdo con la afirmación que los demás tienen una mejor vida.
El documento, publicado en Cyberpsychology, encontró además que aquellos que pasaban menos tiempo en Facebook y más con sus amigos en la vida real, eran menos propensos a ser infelices.
El problema principal, o lo que no nos percatamos los usuarios de redes sociales, es que en ellas tenemos más probabilidades de encontrar representaciones de los momentos más felices de los demás a través de comentarios o imágenes cuidadosamente seleccionadas, en lugar de compartir cosas que nos hacen mal o cosillas de la vida diaria que nos van minando la moral.
Un estudio similar se realizó el año pasado por la American Academy of Pediatrics, que encontró que muchos niños y adolescentes podrían desarrollar la llamada “Depresión Facebook”, al ser abrumados con actualizaciones de felicidad de los demás.
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