10 razones para no tener facebook



Aquí van las 10 razones para no tener Facebook


 1.    Las compañías privadas no persiguen tus mejores intereses


Facebook y Google existen para facturar dinero vendiendo a los anunciantes la información que necesitan para tener mayor precisión en sus mensajes publicitarios a la hora de acercarse a ti. Esto explica las interminables y lúgubres políticas de privacidad que los usuarios debemos aceptar para utilizar estas herramientas digitales. Por eso Facebook hace cada vez más inalcanzable el entendimiento de qué es exactamente lo que solicita del usuario a cambio de la admisión. Actualmente las políticas de privacidad de Facebook superan en extensión a la propia Acta de Constitución estadounidense, al haber crecido de 1,004 palabras en 2005 a 5,830 el día de hoy. Su fundador, Mark Zuckerberg alguna vez bromeó sobre “esos estúpidos que confían en mí”, aludiendo, claro, a los más de 500 millones de miembros de Facebook. “Yo admiro el negocio que Zuckerberg ha construido, pero no, no confío en él” concluye Rowan sobre este primer punto.


2.  Las redes sociales dificultan nuestra capacidad para reinventarnos


“Cuando eres joven haces cometes errores y haces cosas estúpidas. Tengan cuidado con lo que publican en Facebook por que en esta era cualquier cosa que hagan ahora será revelado después, en algún punto de su vida” alertó recientemente Obama a estudiantes de Virginia. Y tiene razón: cualquier cosa publicada en línea sobre ti podría perseguirte por el resto de tu vida a pesar de que todos tenemos derecho a crecer y a transformarnos a lo largo del camino. “Como dijo el escritor Jaron Lanier en una plática reciente, si Robert Zimmerman, de un pequeño pueblo de Minnesota, hubiese tenido un perfil de Facebook, tal vez jamás se hubiera recreado así mismo como el beatnik neoyorquino Bob Dylan”.



3. La información que provees para algo invariablemente será aprovechada para algo más


Imagina que llamas por teléfono para pedir una pizza y el empleado que te atiende tiene acceso a tus historiales electoral, laboral, financiero y a tus preferencias literarias. Tal vez te sugiera una pizza con tofu tomando en cuenta tus 90 kilos, te cobrará una cantidad extra por la entrega ya que sabe que la zona en donde vives registra altos índices delictivos e incluso te tratará con fingida suavidad pues sabe que has leído recurrentemente títulos para superar la depresión. Esta escena podría confirmarse en un futuro cercano. Actualmente las encuestas ya indican que un 35% de las empresas contratantes han rechazado solicitudes de personas después de revisar su información personal en redes sociales. Pero ¿qué te hace pensar que tú puedes controlar lo que ellos hacen con tu información personal?

4.    … y es muy probable que sea usada en tú contra


Según Mark Zuckerberg, en un mundo “aún más transparente” lo que ocurriría es que tú “tendrás una identidad única, los días en los que manejabas una imagen distinta frente a tus colegas en el trabajo y frente al resto de las personas probablemente terminarán muy pronto”. El problema es que al centralizar tu personalidad te expones exageradamente a que alguna ex-novia o un celoso y vengativo ex-colega expongan información con el propósito de perjudicarte, lo cual ciertamente se podría considerar como una conducta deshonesta pero que será un recurso al alcance de millones de personas que no necesariamente son muy gentiles en sus tratos.

5.  La gente se equivoca y da más información de la que creen


Para dimensionar la cantidad de información personal que circula en Facebook visita el sitio youropenbook.org y escribe en el buscador “mi nuevo número de teléfono es” o “engañé a mi esposa” y te sorprenderás con la cantidad de confesiones o información privada que encontrarás y de la cual sus autores seguramente no están conscientes que anda por ahí flotando en el hiperespacio.

6.  Y más allá de las otras razones ¿Por qué deberíamos permitir a una compañía privatizar nuestro discurso social?


Algún día deberías, en defensa de tu integridad personal o por simple cultura general, tomarte el tiempo necesario para leer el inmenso y poco estimulante documento en el que Facebook expone sus políticas de privacidad (sí te da una flojera descomunal, pero toma en cuenta que tu reacción es exactamente lo que Facebook busca generar en ti). Así aprenderás que Facebook tiene derechos absolutos para disponer de tu información como más le convenga y en especial para venderla al mejor postor. Y sí, sabemos que es gratis y que los humanos contemporáneos amamos la gratuidad (aunque sea algo virtual), sin embargo sería prudente reflexionar sobre el hecho de que esta red cuenta con más de 500 millones de usuarios conectados y preguntarnos si esta “herramienta social” realmente está interesada en el bienestar de la sociedad o busca corresponder a nuestros intereses…



Porque lo más triste de la condición humana es que, por muy variados que sean los soportes, las experiencias que se pueden compartir son muy “limitadas”: no se puede compartir el calor de un beso o un abrazo online, no se puede compartir una noche de borrachera sujetandole el pelo a alguien mientras vomita, no se puede compartir cosas asi… SOLO EL RECUERDO ESCRITO DE COSAS ASÍ. El recuerdo vivído, solo viene a la mente más vívido cuando vuelves a estar junto a esas personas.

Por otro lado, si hay gente de tu pasado a la que no deseas ver nunca más, pero por educación no se lo dices abiertamente… ¿qué haces cuando la encuentras en facebook? Si no la añades, sabrá que no quieres saber de ella y si la añades… no podrás evitar tener que volver a soportarla. Muy triste.

René Girard de la Universidad de Stanford es defensor de una teoría del comportamiento humano que llamó “el deseo de mimetizado”. Girard considera que la gente es esencialmente parecida a unas ovejas que copiarán la una a la otra sin mucha reflexión. La teoría también parecería ser probada correctamente en el caso de los mundos virtuales de Thiel: el objeto deseado es irrelevante; todo lo que usted tiene que saber es que los seres humanos tienden a moverse en multitudes.

PD: “Mi cautela a la hora de utilizar las redes sociales no tiene nada que ver con una paranoia sobre mi privacidad y sí, celebro la inédita transparencia y conectividad que estos servicios nos aportan, pero lo que cada vez me molesta más es el enorme costo social que nuestro fanatismo por estas redes genera”. 

Comentarios

  1. Bon escrit Gúru Marc! Ja se sap que les persones no n'aprenem ni a patacades ehh El gran germà és real pero, de fet, més es va perdre a cuba...

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    1. Ja se sap el que es diu. Més es va perdre a Cuba, però van tornar cantant havaneres!! Una abraçada :)

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