La Bauhaus y su tipografía
El prototipo de esta tipografía fue diseñada por Herbert Bayer, profesor de la famosa escuela Bauhaus en Dessau, Alemania, en el año 1925 en su labor de crear una tipografía Universal. Su diseño responde a las convicciones y estilo propio de la escuela, buscando la funcionalidad en la eliminación de elementos dejando la tipografía en su apariencia más elemental. La Universal, diseñada en 1925 por Herbert Bayer en la Bauhaus de Dessau, se compone solamente de letras minúsculas construidas sobre la base de una geometría esencial; lineas ortogonales, cuatro circunferencias con diámetros diferentes, tres ángulos de inclinación. En razón de haber escogido eliminar las mayúsculas, Bayer afirma que ha hecho una puntillosa "limpieza" en el campo tipográfico a favor de la velocidad y del ahorro, no siendo necesarios dos signos diferentes para indicar un único sonido: "A" = "a".
En base a formas circulares y trazos rectos evitó cualquier reminiscencia caligráfica. A fuerza de regla y compás, que redujo al mínimo la diferenciación entre grafemas, intentó borrar toda huella de imperfección humana: se trataba de «purificar» las formas tipográficas, «liberarlas» de su carga cultural. En resumidas cuentas, se aspiraba a la invención de un alfabeto monosémico de alcance y validez mundial. Pero el alfabeto Universal no se materializó como fuente tipográfica, recién se desarrolló como fuente comercial mediante la tecnología digital.
Paul Renner supo interpretar de un modo quizás más certero, tipográficamente hablando, los valores de la Modernidad. Si bien compartía varias de las ideas impulsadas por Bauhaus, mantenía cierta distancia con la institución. Estamos hablando de la familia tipográfica Futura, publicada por la fundición Bauer en 1930. El proceso de diseño de Futura deja entrever un criterio menos rígido que el de otras fuentes geométricas de la época, aunque sin dejar de mantenerse fiel a la estética modernista. Cualidades derivadas sin duda de la destreza de su autor en el «métier» tipográfico. Es que a diferencia de otros docentes de Bauhaus, Renner contaba con sólidos conocimientos acerca del desarrollo histórico de la tipografía, la escritura y el libro. Por otra parte, su praxis no se encontraba tan condicionada por el molde teórico de ocasión. A modo de referencia, y siguiendo el camino de las sans serif, en aquel momento se estaba publicando Gill Sans, obviamente lejos de Bauhaus. Y varios años antes, fuentes como Akzindenz Grotesk —en Alemania— o Franklin Gothic —en Estados Unidos— ya habían hecho historia.
En 1975 Edgard Benguiat junto con Victor Caruso redibujaron la tipografía para la ITC. El resultado fue una letra compuesta de formas geométricas, muy simple y monótona, reflejando el estilo de la época pero que no pasó la prueba del tiempo perdiendo la universalidad y objetividad que pretendía. Puede ser usada en diseños con reminiscencias de los años 20 y en la época del Art Decó con líneas simples, limpias y contraformas sin cerrar.
E. Torres (2007) explica que en cuanto a la tipografía, es funcional-constructiva y la gran mayoría de las veces se aplicó la sans serif. Se manejó el círculo, el cuadrado y el triángulo y se utilizaron los 3 colores primarios como base. Las direcciones horizontales y verticales surgen con mucha frecuencia. Los textos se diferencian de forma tipográfica. Se resaltan palabras con colores de fondo o una fotografía impresa en un color no realista. Se colocan textos breves en un ángulo de 90º, algo totalmente nuevo.
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