Creta y la isla de la felicidad
Desde que llegué al puerto esta isla me está dando una
energía muy buena. Sus habitantes son amables e interactúan contigo por la
calle, en el bus y en sus tiendas.
Es la isla más grande de Grecia e incluso he visto nieve de camino a La Canea, desde Heraklion, pero antes he ido a desayunar a un céntrico bar y he visitado el palacio de knossos. La cultura Minioca se puede decir que fue la cuna de la civilización europea, por su democracia y sus avanzadas leyes, que algunas perduran a día de hoy. Este palacio se ha de visitar sí o sí. Es como volver al pasado y sentirse un poco como ellos.
Después he bajado hasta la ciudad de nuevo y después de comer en la estación de autobuses he subido al que me lleva al destino actual, La Canea.
Aquí hay una fusión de épocas y culturas, que algo me dice que me voy a quedar más de un día. Estoy en pleno centro histórico y muy cerca del puerto veneciano, donde voy a ver la puesta de sol.
Confirmo que es una de las mejores puestas de sol. Me gusta
cuando el sol cae por detrás del faro en el puerto veneciano. Por la noche es
una postal romántica con las luces del puerto y la música de los alrededores.
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