Publicidad ilícita
La ley general de publicidad de 1988 en España considera ilícita la publicidad subliminal y la define como: “… aquella que por ser emitida con estímulos en el umbral de la sensibilidad, no es conscientemente percibida”.
O sea, que para que se considere subliminal dicha publicidad, debe ser percibida por el espectador de forma inconsciente.
Desde hace un tiempo vengo observando un nuevo modelo de publicidad en las series españolas, que no se podría considerar subliminal, pero que se le parece bastante, sobre todo si el que la percibe es menor de edad.
En series como “El Internado” o “Cuestión de Sexo”, nos muestran, como quien no quiere la cosa, lo bien que se navega con un portatil y una conexión 3G de una conocida operadora de telefonía, o lo buenos que son los juegos para móviles de dicha operadora etc. etc.
A ojos de un adulto, salta a la vista que se trata de publicidad pura y dura, pero desde el punto de vista de un menor, la cosa puede ser bien distinta. De hecho, es a ellos a quien va dirigida esta publicidad.
Como si no tuviéramos bastante con la publicidad que ya emiten las cadenas de televisión, que te tiras hora y media frente al televisor para ver un capítulo de apenas 40 minutos de duración, y encima te comes algún anuncio que te pilla desprevenido.
Lo cierto es que la publicidad inunda todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana. Si circulas por la calle, el metro, en cualquier establecimiento o lugar público, te encuentras con ella. En la radio, por supuesto televisión, por no hablar de Internet, y los móviles. Por cierto, me gustaría saber quien es el guapo que facilita nuestro número de teléfono a las dichosas empresas que se dedican a mandarte mensajitos del tipo: “una persona te ha enviado su foto, puede ser un amigo, un amor, un desconociodo, para recibirla envia la palabra FOTO al 5069, foto real, c1.4m ¿quien sera?” Aunque esto merece un capítulo aparte.
A muchos nos parece absurdo el dineral que muchas empresas emplean en publicidad, porque pensamos que no nos vamos a dejar convencer por mucho que nos anuncien un producto u otro, pero lo cierto es que si nos influye, y bastante. Si no, otro gallo cantaría.
Tengo una hija en la adolescencia y tienes razón al decir que les afecta, lo vengo notando hace un tiempo, pero no solo la publicidad taladra sus mentes, el entorno social en el que se mueven y pese a que mi hija,(esto lo diran todas las madres) es bastante critica y no se deja influenciar, sin darse cuenta a veces me pide marcas y le tengo que explicar que los genericos estan ahí para hacernos la vida menos cara.
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