¿Es útil la publicidad contra el tabaco?
¿ES ÚTIL LA PUBLICIDAD CONTRA EL TABACO?
La publicidad de la industria tabacalera ha tenido gran importancia para poner de manifiesto ciertos beneficios del fumar. Sólo una poderosa campaña opuesta podría contrarrestar esto, como se ha demostrado en años recientes en el estado de Florida, donde se ha podido disminuir el proceso de inicio del hábito tabáquico.
La industria tabacalera ha estado dirigiendo campañas masivas y efectivas para aumentar las ventas de tabaco y así asegurar la aparición de nuevos fumadores, principalmente adolescentes.
En este artículo se describe cómo esas actividades publicitarias han cambiado en EE.UU. en los últimos años y muestra la evidencia de su impacto especialmente en los adolescentes. En la última década, en dicho país se ha popularizado un programa de alcance nacional sobre el control del tabaco. Estos programas financian, con fondos públicos, campañas de publicidad para promover una sociedad libre de humo y para movilizar a la población a tomar medidas preventivas ante las influencias que incitan al consumo tabaco en los jóvenes.
Los programas cuya meta sea prevenir el inicio del hábito tabáquico necesitan conocer el proceso temporal en el cual los adolescentes se convierten en adictos. El proceso de convertirse en fumador comienza antes de que el individuo experimente con cigarrillos, con el desarrollo de una predisposición cognitiva para fumar a menudo en la prepubertad.
Existe evidencia de que las actividades promocionales de la industria desempeñan un papel importante incitando a los adolescentes no fumadores a estar en riesgo de experimentar y de desarrollar de forma temprana signos de dependencia antes de llegar a la edad adulta.
Los programas efectivos de control del tabaco pretenden contrarrestar la influencia de la industria tabacalera en los adolescentes y desalentar la demanda mediante el incremento de los precios y las barreras en la accesibilidad a los cigarrillos. Estos programas de salud pública, como los que se han llevado a cabo en Florida, han empezado a ofrecer resultados importantes reduciendo la mayor causa prevenible de muerte en los países desarrollados.
La publicidad y la promoción del tabaco han sido fuerzas tremendamente efectivas para mantener un nivel alto de inicio del hábito de fumar en cada cohorte de jóvenes de los EE.UU. Después de 10 años de grandes programas para el control del consumo del tabaco, el programa de Florida parece ofrecer la mayor esperanza de contrarrestar esta efectiva publicidad de industria tabacalera.
Si no logramos mejorar nuestra publicidad contraria al tabaco o limitar seriamente la posibilidad de la industria de llevar a cabo su publicidad dirigida a los jóvenes, pasarán otros 50 años sin que podamos decir que el tabaco ha dejado de ser la mayor causa prevenible de enfermedad en los países desarrollados.
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