La Gran Barrera de Coral Australiana
Día 30 de diciembre de 2017
A cualquier persona que le
preguntas sobre Australia te dirá: Kanguros, koalas, Opera de Sydney y Gran
Barrera de Coral. No sabéis las ganas que tengo de meterme dentro de aquella
composición de coral, peces y algas de todos colores. Cuando viajé a México (península del Yucatán) no
me pude sumergir porque tuve un accidente con un barco hundido, de lo que me queda
una cicatriz bien bonita.
El día acompaña y a las 7:00am ya
estamos de camino a Port Douglas (Queensland), donde la barrera de coral dicen
que es más vistosa. El arrecife está situado en el mar del Coral, frente a la
costa de Queensland al nordeste de Australia. Se extiende sobre unos 2.600
kilómetros de longitud y puede ser distinguido desde el espacio. Andrea hará
buceo y yo snorkel. Paso de bucear, con lo despistado que soy seguro que me descuido del
aire y se me acabaría comiendo un tiburón.
Cuando se habla de Australia se
dice que es un país peligroso, los kanguros pegan, las arañas pican, las
serpientes matan y los tiburones muerden. ¡Pues como en todas partes! No hay
que tener miedo porque el territorio natural y salvaje es la casa de estos
animales.
Hacemos 3 inmersiones y cada vez
son mejores. El Snorkel con apnea lo domino a la perfección y cada vez llego
más abajo. Sólo submergirme ya veo corales de todos colores y formas, peces
gigantes, a Nemo, Dori, barracudas... hasta que escucho a los que están en el
barco que llaman y señalan hacia la zona donde me encuentro. Veo varias aletas en el agua muy cerca de mí y de
otro tío que está en el agua. Meto la cabeza dentro y veo ¡delfines!
Nunca había tenido un delfín tan cerca mío y se les escuchaba comunicarse con sus sonidos agudos. La tripulación con una zodiac viene
hacia el punto donde estamos en el agua para que los delfines les sigan en
manada y hagan un poco de juego.
Efectivamente los delfines ya conocen
como va la cosa y siguen a la embarcación. Cada vez son más delfines e incluso
uno salta del agua y da una vuelta al aire. Es cierto, cuesta creer, muy peliculero,
pero parecía que estuvieran jugando con la gente que los miraba.
Ya había visto muchos animales en
el mar pero me faltaba uno, el que sale en las noticias e incluso tiene
películas. Tenía que ver un tiburón blanco. Después de estar entre corales un
chico me avisa porqué ha visto un tiburón pequeño. Estaba en el agua con un
tiburón blanco de un metro y medio, pequeño, pero bien formado. ¡Pues bien tranquilo estaba! Y si hubiera podido y querido hubiera podido girarse y
morderme. En el momento de verlo te quedas sorprendido, no te mueves, quieres
ver que hace y donde va. Lo sigo un poquito con las aletas del equipo de
snorkel hasta que el instructor me da el toque.
Ahora entiendo la Gran Barrera de
Coral y hay que decir que es cierto que el calentamiento global hace que el
coral se blanquee. Un día perfecto con la tripulación y ahora sí que mi cabeza
ya empieza a pensar en el vuelo de regreso. Aquel vuelo al que no quiero subir.
De cosas importantes quedan los
fuegos de año nuevo en Circular Quay (Sydney) y finalmente el vuelo de regreso. La
aventura por tierras australianas tiene las horas contadas.
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