¿Qué te llevarías en una isla si sólo te pudieras llevar 3 cosas?
Día 19 de diciembre de 2017
Yo tengo muy claro que repelente de mosquitos, un pareo playero y mi cámara de fotos. Tengo un sex
appeal especial para los mosquitos de isla Busuanga. Con todo esto hoy es el
último día de Filipinas. El tifón ya ha pasado, pero ya viene otro, nos
comentan los locales de la isla, mientras desayunamos con manga corta y gafas de
Sol en pleno diciembre. Nos despedimos de nuestros amigos españoles y quedamos en vernos de nuevo en Barcelona.
He vuelto a encender el teléfono después de 10 días y ha
sido un tsunami de datos, WhatsApp y notificaciones. He contestado y respondido
lo que realmente es importante y me he vuelto a poner en #modoavion. ¡Qué
estrés! Hacía días que no sentía esa sensación. He llegado a la conclusión de
que las nuevas tecnologías son un virus que te acaban atrapando a una pantalla
en la palma de la mano. Ahora... prefiero dejarlo todo y observar las vistas
de Corón desde la terraza del hostel. Había cambiado el smartphone por la realidad,
Internet por la gente y los "likes" por los sentimientos reales.
Hoy dejo Filipinas y me voy con la sensación de haber
cambiado algo, no sé qué, pero mi ritmo es diferente; escucho, respiro, camino,
observo... vivo. Antes también lo hacía, pero ahora soy consciente de lo que
hago. Un día comenté que no sabía cómo los españoles dejaron escapar Filipinas
a manos de los Americanos. Ahora digo, Filipinas es de los filipinos, de los
que hablan tagalo y chavacano y que los dejen en paz. Viven y entienden la vida
como muchos de nosotros quisiéramos sentirlo.
Salamat y adiós.
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