Flat Eric y Levi’s: “El-muñeco-amarillo del anuncio de vaqueros”
Antes de que Diesel tirase de electrónica para vender una imagen rompedora y descerebrada del mundo de los vaqueros, una marca con muchos más años de historia ya sabía por donde iban a ir los tiros dentro del mundo de la publicidad. Hablamos de Levi’s y su anuncio con Flat Eric.
Después del salto, toda la historia
Flat Eric. “El-muñeco-amarillo-del-anuncio-de-vaqueros”, para la mayor parte de la gente. Esta pequeña marioneta amarilla fue ideada por el artista y dj Mr. Oizo (aka Quentin Dupieux); este músico, de origen francés, se había inspirado asímismo en Stéphane, otra marioneta muy similar que él mismo había creado años antes y que había protagonizado varios cortometrajes experimentales.
Así pues, utilizando como modelo a Stéphane, Mr. Oizo dio a luz a Flat Eric a petición de Levi’s; estos, a su vez, acudieron a Jim Henson – al que todos conocemos por ser el creador de los Teleñecos” – para que se encargara de la fabricación del muñeco.
Una vez creado el icono su nombre pasó a ser Eric, y adquirió el apodo de ‘Flat (plano)’ debido a que la idea original para el spot consistía en que el coche en que iba Angel (el conductor) aplastaría su cabeza contra el asfalto. La idea se deshechó, pero el apodo permaneció.
Con el muñeco ya engendrado de los pies a la cabeza, y casi con una personalidad propia, el mismo Mr. Oizo se encargó de dirigir los spots en los que este estrafalario personaje amarillo se dedicaba a anunciar de un modo poco convencional unos vaqueros modelos STA-PREST; si bien el tipo de prenda ya ha pasado a la historia (solo recordamos, a duras penas, que el anuncio era de Levi’s), la estructura casi ilógica, divertida, extraña y de una cotidianidad casi perturbadora de los anuncios marcó una época. Quizás no eran los primeros, pero serían los que definitivamente abrirían las puertas de una nueva publicidad en la que el producto no era la parte más importante del anuncio – en apariencia -, y con la que una nueva oleada de jóvenes marcados por el grunge, el sexo de fines de semana y la improvisación dentro de un coche podían sentirse identificados. Todo el mundo quería tener un colega que se pareciese a Flat Eric.
Ahora bien, el proceso para conseguir sacar una sonrisa a todos los consumidores había estado muy estudiado. El tamaño de Flat Eric había sido producto de cuatro intentos (“suficiéntemente pequeño como para hacer gracia, pero sin que parezca un niño”, “sin voz, sin gestos, pero muy expresivo”, “que reaccione como el colega ideal, con personalidad propia”…), y el propio Mr. Oizo había utilizado uno de sus tracks más codiciados para acompañar el spot. Un spot hecho por y para jóvenes de finales de los 90. Es más, cada uno de los anuncios rodados había costado entre trece y catorce mil euros (entre 2 y 3 millones de francos de la época)
¿Resultado? La cara de Flat Eric protagonizó las portadas de algunas revistas del nivel de Mixmag, Cosmopólitan, Muzik, Arena o NME. Fue un icono de finales de los 90, presente en todas las televisiones (con aparición especial en The Big Breakfast, un programa bastante popular en la Inglaterra de los 90), e incluso con el cambio de siglo el éxito siguió con una aprición especial en la serie “The Office”.
Flat Eric pasó a la historia de la publicidad. Era un icono. Los 90 ya podían dar paso a un nuevo siglo.
Comentarios
Publicar un comentario